Noche…ya no me busques más,
Pasa de largo y sigue tu camino.
Deja de llamarme y mostrarme las sombras,
Aquellas que dibujan su silueta por los corredores;
Quédate callada en un rincón…
Deja ya de hacerte la que no entiendes.
Cubres de tinieblas lo que tocas
Y con tu llegada, me llegan los pensamientos;
Aquellos que me recuerdan su ausencia.
Perdido por entre los tiestos vacíos por mi soledad.
No quiero que me
alcancen tus brazos desnudos.
Deja de bailar para mi y seducirme con tu mirada
melancólica.
No me muestres tus hermosos ojos de luz que hipnotizan a quien en ellos se reflejan,
Ni tu encantadora sonrisa, pálida…a veces tan grande,
Que pareciera
tragarse al alma misma; otras solo una pequeña línea,
Risueña como de niña…Ay
noche! invitas a pensarlo,
buscarlo entre mis sábanas
álgidas, acariciando su regreso.
Sólo quiero cerrar mis ojos…dormirme y despertar con la luz
de un nuevo día.
Quiero ser inmune a
tu fascinación, la melancolía me consume.
Volteo y ahí estas de
nuevo, miro tus brillantes ojos,
Busco esa boca tuya y recuerdo cuanto ha pasado.
De vuelta a perseguir
sombras, miro a los rincones…. Ya
no está...
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