Vivimos en una sociedad donde el discernimiento le da paso a la ignorancia, los embrollos y las discusiones sin sentido. El ser humano se esta dejando vencer por lo que llamamos toscamente "anti-valores", cosa que a mi parecer no tiene definición en sí; porque se tienen o no valores. No existen antónimos para esta expresión.
El discernimiento, es la capacidad que tenemos para comprender y distinguir entre dos ideas. Claro está, que este concepto esta sujeto a nuestro propio sistema de valores y de aprendizajes previos, a nuestra experiencia y vivencias, por lo que los juicios emitidos serán limitados a tales esquemas.
¿Entonces esta incapacidad que estamos presentando actualmente para emitir un juicio acertado tiene un trasfondo profundamente de carácter social y afectivo?
Tal vez sea así, y es posible que se deba al famoso stress en que esta siendo sometida la humanidad; donde el estilo y ritmo de vida acelerado nos esta consumiendo y demandando un mayor grado de energía que nos mantiene agotados mentalmente. Es por ello que nos hemos acostumbrados a "echar culpas", eso es mas fácil que realmente darnos el tiempo para "discernir", es como "perder el tiempo".
Dios nos concedió el don de la inteligencia y la capacidad para tomar decisiones, por qué desperdiciarla en discusiones absurdas y sin ningún sentido práctico.
Antes de actuar, debemos reflexionar lo que vamos a hacer, como dice mi madre, "espera a que se enfríen las cosas", esto te dará tiempo para una resolución segura, confiable y no en base a las emociones del momento.
"Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia; y el tenerla como producto, que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella. Largura de días está en su diestra; en su siniestra hay riquezas y gloria."
Proverbios 3:13-16
